Es necesario poner el foco en un ámbito de la gestión integrada del agua al que se le viene prestando menos atención de la necesaria, como son las aguas de transición y costeras, pese a que su gestión integral en el marco de las demarcaciones hidrográficas constituye una obligación desde la aprobación en 2000 de la Directiva Marco del Agua.

El lema de este XII Congreso Ibérico responde a cuatro ideas fundamentales.

La primera responde a la necesidad de poner el foco en las aguas de transición y costeras, un ámbito de la gestión integrada del agua al que se le viene prestando menos atención de la necesaria, pese a que su gestión integral en el marco de las demarcaciones hidrográficas constituye una obligación desde la aprobación en 2000 de la Directiva Marco del Agua.

La vinculación entre la gestión de las cuencas y el estado de las aguas de transición y costeras es sobradamente conocida. Basta señalar, por ejemplo, el papel de las avenidas en el sostenimiento de los sistemas costeros, como principal fuente de sedimentos, esenciales para el mantenimiento de playas y otros componentes del litoral, o la importancia de los aportes de agua dulce rica en nutrientes para la funcionalidad del ecosistema marino litoral, que a su vez repercute en la productividad pesquera. Asimismo, unos sistemas costeros funcionales suponen una protección eficaz a deltas, estuarios y otras aguas de transición, así como a toda la franja litoral, por ejemplo, en relación con el aumento del nivel del mar debido al cambio climático y sus posibles efectos de incremento de la salinización en ciertos acuíferos costeros o del impacto de temporales marinos. A lo anterior se une el gran valor intrínseco de muchos de los ecosistemas costeros y de transición. Por ejemplo, el Delta del Ebro, la Albufera de Valencia, el Mar Menor, el estuario del Guadalquivir, las marismas del Parque Nacional de Doñana, el estuario del Guadiana, las lagunas costeras del Algarve, el Mar de la Paja en la desembocadura del Tajo en Lisboa y los estuarios del Duero o el Mondego y el Miño, o las rías de Galicia y del Cantábrico. A todas éstas y otras cuestiones relacionadas con ellas, se dedicará una de las áreas temáticas del congreso, titulada “Aguas de transición y costeras: reinterpretando la sostenibilidad de las cuencas”.

La segunda parte del lema de este XII Congreso Ibérico de Gestión y Planificación del Agua alude a una evidencia: siendo la mejora continua del conocimiento disponible una base imprescindible que se ha de seguir potenciando, los principales nudos gordianos para una transición hídrica justa que nos permita recuperar la salud de los ecosistemas acuáticos, lograr un uso más sostenible del agua y adaptarnos al cambio climático no están tanto en las lagunas del conocimiento como en las carencias de gobernanza. A muchos debates de larga trayectoria y aún no resueltos, como los relativos a la racionalidad de distintos embalses, trasvases y otras obras hidráulicas, se añaden nuevos debates, como los conflictos hídricos relacionados con la minería o con el despliegue de las energías renovables, o el debate acerca de cómo garantizar los derechos humanos al agua y al saneamiento evitando la pobreza hídrica. Se trata de conflictos en los que permean otros debates sobre gobernanza, como el reparto de competencias, los modelos de participación ciudadana, el marco normativo o el papel de las instituciones implicadas en la planificación y gestión del agua. Estos aspectos, junto a la dimensión educativa y cultural de la transición hídrica, serán objeto del área temática “Agua, conflictos y movilizaciones sociales: Creando modelos de co-gobernanza para la defensa del bien común".

El Congreso prestará también una atención específica a la transición hídrica y la medida en la que se engarza, o no, con la transición energética. Recuperar la buena salud de los ecosistemas del agua y avanzar hacia un escenario de uso de energía 100% renovable constituyen dos objetivos irrenunciables de la transición ecológica. Sin embargo, si ambos objetivos están siempre alineados o no constituye una pregunta abierta al debate, en torno a la que gravitan cuestiones como la producción hidroeléctrica y sus efectos sobre los ecosistemas fluviales, o la huella hídrica del hidrógeno verde, entre otros aspectos. Asegurar de forma efectiva la prioridad del abastecimiento y, en el inicio de la década de la restauración ecológica proclamada por Naciones Unidas (2021-2030), garantizar caudales ecológicos adecuados, recuperar la continuidad fluvial de nuestros ríos y detener la pérdida de biodiversidad acuática, constituyen objetivos inaplazables a los que la transición hídrica y la transición energética deben atender. Estos temas son el objeto de otra de las áreas temáticas: “Transición hídrica y transición energética: ¿Alineadas con la década de la restauración ecológica?”

Finalmente, el Congreso dedica un área temática a uno de los grandes retos de la transición hídrica: ¿cómo avanzar hacia modelos agrarios ambientalmente sostenibles, económicamente viables y socialmente justos que reduzcan las presiones cuantitativas y cualitativas sobre los ecosistemas del agua, se adapten al cambio climático y aumente la cohesión social y económica de los territorios? ¿Cómo afectan las políticas de resiliencia y transición hídrica a los grupos vulnerables del sector agrario y de la población rural en un contexto de desigualdad? ¿Cómo abordar en un contexto de disminución del recurso disponible el reto de redistribución, la reasignación con criterios sociales, de empleo, de defensa de las poblaciones enraizadas en el territorio, de defensa de patrimonios comunes? El debate, de largo recorrido, es ahora más actual y urgente que nunca y abarca desde la contaminación difusa a los modelos ganaderos, la intensificación agraria en general y del regadío en particular y su impacto sobre los modelos agrarios sostenibles, la huella hídrica de la alimentación, las relaciones entre los abastecimientos urbanos y usos agrarios o el papel de la agricultura en las áreas inundables. Todo ello será abordado en el área temática: “Sostenibilidad del sector agrario: Nuevas alianzas para un entorno rural con futuro”.

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