La actual tercera fase de planificación ha centrado la cuarta jornada de trabajo del XI Congreso Ibérico de Planificación y Gestión. El ministro de Ambiente y Acción Climática de Portugal y el secretario de Estado de Medio Ambiente de España participan mañana en la clausura del congreso organizado por la FNCA.
“Los nuevos fondos europeos para la pandemia son una oportunidad para invertir en la transición hidrológica”. Con esta recomendación ha finalizado Elisa Vargas, responsable de Políticas en la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, su intervención en el cuarto y último plenario del XI Congreso Ibérico de Planificación y Gestión del Agua, en el que se ha abordado la situación de las políticas de planificación y su adecuación a la Directiva Marco de Agua (DMA) de la Unión Europea. Junto a Vargas, han participado en la mesa de debate José Carlos Pimenta, de la Agência Portuguesa do Ambiente, y Francesc La Roca, doctor en Economía e integrante de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), organizadora del congreso.
“Hay que alinear los fondos con las nuevas políticas, no se pueden dedicar a sectores obsoletos y con mucha capacidad de presión. Tenemos que aprovechar la coyuntura”, ha apuntado La Roca, en una idea también comentada por Pimenta.
Las administraciones públicas trabajan actualmente en el tercer ciclo de planificación para las cuencas hidrográficas que, como exige la DMA, se debe implementar entre los años 2022 y 2027. “En el primer ciclo no se hicieron los deberes, el segundo fue la consolidación del statu quo y ahora por fin tenemos la oportunidad de alinear la política de agua de España con la Directiva”, ha resumido La Roca.
Al respecto, Vargas ha recordado las recomendaciones que la Comisión Europea ha hecho a España sobre los dos primeros ciclos de planificación: respetar los requisitos de participación pública, medir mejor las extracciones de agua y ajustar los permisos a la situación de la cuenca, aplicar el artículo referido a la recuperación de costes, la actualización de los planes especiales de sequías o asegurar la financiación necesaria, entre otros.
Sobre la parte económica de los planes de cuenca, la técnica de la Comisión ha recordado que muchas de las medidas de las propuestas no se implementan por problemas económicos. Por ello, ha insistido que ahora mismo hay fondos europeos que se pueden usar, como los habilitados a raíz de la pandemia y también los de la Política Agraria Común (PAC). Finalmente, Vargas ha recordado que la Comisión está profundizando en lo referente a la contaminación química de las masas de agua, para lo que va a actualizar la lista de contaminantes.
Derecho humano al agua
Francesc La Roca ha reclamado que los nuevos planes tengan en cuenta los abastecimientos humanos, porque hasta ahora el derecho humano al agua y al saneamiento, vigente desde hace diez años, no forma parte de la planificación. “Los objetivos deben ser otros, no puede seguir siendo el desarrollismo, es decir, la electricidad y el riego”, ha afirmado el profesor vinculado a la Universitat de València. “Se está anunciando desde hace tiempo que poner en riesgo las masas de agua puede traer problemas graves”, ha afirmado, a la par que ha planteado la duda de qué hubiera pasado sin la pandemia actual hubiera estado ligada al agua.
La sobreexplotación, la contaminación y la necesidad de la eliminación de barreras, es decir, la restauración fluvial, son los principales problemas actuales de las aguas en la península, según La Roca. Cuestiones, todas ellas, que frecuentemente se generan en otros ámbitos que no son competencia de las políticas hídricas. La Roca lo tiene claro: “El agua debe entrar en la agenda política, que no está”.
Convenio de la Albufeira
José Carlos Pimenta ha insistido, por su parte, en la importancia de la participación pública a la hora de elaborar los planes, así como en la colaboración entre España y Portugal, dado que ambos países comparten cuencas hidrográficas. “Hay una cooperación cada vez más intensa y fuerte. Cualquier decisión en España se siente en Portugal”, ha subrayado el representante de la Agência Portuguesa do Ambiente.
Ahora mismo, el Convenio de la Albufeira, en vigor desde el año 2000, regula las relaciones de ambos países ibéricos en materia de agua. Pimenta ha destacado la importancia de este acuerdo que, considera, necesita mejorarse para tener en cuenta no solo la cantidad de agua que llega a Portugal desde España, sino también la calidad de la misma.
Este miércoles 9 de septiembre finaliza el XI Congreso Ibérico de Planificación y Gestión del Agua, en el que han participado más de 150 personas de diferentes ámbitos. El cierre tendrá lugar a las 17.30 horas y contará con la participación del ministro de Ambiente y Acción Climática del Gobierno de Portugal, João Matos Fernandes; y del secretario de Estado de Medio Ambiente del Gobierno de España, Hugo Morán. También estarán en la jornada de clausura Abel La Calle, de la FNCA; Narcís Prat y Susana Neto, ambos copresidentes del Comité Científico del Congreso.